El padecimiento continuo, Charles Bukowski

El padecimiento continuo
Charles Bukowski
Traducción: Silvia Barbero.
Visor. 151 página


El siglo XX se distinguió, entre otras cuestiones, por ser un siglo en el que fue protagonista la locura en forma de guerras mundiales, exterminios masivos, uso de la energía atómica y otras formas tecnificadas de la barbarie y el horror. Charles Bukowki fue un  escritor en el que se encarnó el espíritu demencial del siglo en el que vivió, y en su obra y vida dio un ejemplo dramático de toda la tragedia humana protagonizada por los perdedores, por los seres anónimos que viven sus existencias sumidos en el caos de la sociedad que los aplasta, de los marginados, de los seres sin más protagonismo que el de sus propias vidas abocadas al fracaso, a la resignada aceptación de ser un número más en las listas de ciudadanos que sólo tiene un valor estadístico y demográfico.
Bukowski rechazó la seguridad de un empleo estatal y decidió hacer el guión de su propia vida situado en su propia atalaya de maginado que clama contra la sociedad a la que rechaza y que le margina, a su vez, en su calidad de poeta heterodoxo. Aunque nació en Alemania, se trasladó a Los Angeles (EE.UU) cuando contaba tres años de edad y allí permaneció durante toda su vida y reflejó ,como pocos autores americanos, la vida en ese país, especialmente de los marginados, de los seres fracasados y elienados  que, como él, se debatían entre el alcohol, la poesía y su propio talento que parecía ser su mascarón de proa para no ahogarse en la desesperación y en sus vómitos de borracho.
            En este libro extraordinario, aparecen sesenta y dos poemas inéditos. El título es claramente definidor porque se refiere a ese padecimiento continuado que no cesa porque forma parte de la propia mente psicótica de su autor. En estos poemas se advierte a un Bukowski en su más pura esencia y con sus características más definitorias, honesto, desagradable, irónico, violento, obsceno, apasionado y constante en sus obsesiones.
            Leyendo estos poemas es fácil recordar la frase de Sartre cuando afirmaba:”El hombre nace libre, responsable y sin excusas”. Y esta afirmación parece hacerla suya Bukowski cuando afirma implícitamente que la culpa de los problemas y desgracias de cada ser humano no lo tiene la sociedad ni los demás, ya que no tienen el poder los otros de redimir o condenar al prójimo, pues ésta es una labor que cada ser humano hace por sí solo, quiera o no aceptar esa verdad.
 Habla siempre del tema que a todos nos interesa primordialmente: uno mismo. Es su tema favorito y recurrente. Su mala opinión es generalizada contra las mujeres, hombres y cosas, pero no es por unas creencias o fobias personales, sino ayudado por sus propias experiencias que lo marcan. Todos sus personajes inspiradores son siempre un trasunto de sí mismo: fracasados, seres anónimos con pasados no siempre edificantes, pero sin futuro, y a algunos personajes arquetípicos de nuestra época como pueden ser Ginsberg, , Kerouac,  Salinger, Burroughs, etc. La mezcla de personajes reales e irreales es completamente irreverente, porque todos ellos procedan de una misma fuente: la mente, la imaginación creadora y todo ello con una métrica más musical que poética, pues el  ritmo de rock lo invade todo, y también en el lenguaje de los comics que él conocía tan bien.
            Bukowski en su soledad buscada, no por misoginia, sino por su propia  y libre decisión de psicótico que busca en el alcohol nuevas vías de expresión, rehúye cualquier contacto social o participar en las múltiples variedades de las ceremonias sociales, porque en su propio aislamiento se siente a salvo de los peligros de la supuesta  civilización en la que encuentra más ecos de violencia y barbarie que de convivencia pacífica. Para él no existen más lugares donde está que entre las cuatro paredes de un bar, ni más posibilidades que buscar la propia evasión a través del turbio laberinto del alcohol.
            Esta poesía de Bukowski no es para espíritus delicados, sino para los que buscan la poesía más honda, humana, trágica y desestabilizadora, pero toda ella atravesada por una belleza  sin paliativos y sin misericordia , por una constante y permanente sinceridad en la que intenta insertar todo su deseo de matar a una realidad que lo rodea y que está protagonizada por los poderosos, los siempre triunfadores, haciéndolo desde el lado del caído, del vencido y del que sabe que no existe salvación para él nada más que la muerte que se aproxima lentamente, pero siempre a lomos de la desesperación vital que anida en el corazón humano, lugar en el que sólo existe la posible salvación de la locura, de la propia aniquilación.
            Excelente poemario que nos muestra el verdadero rostro de un Bukowski más lúcidamente desesperado por su padecimiento continuo, el mismo que el de muchos otros seres al que les da voz a través de sus poemas transidos de verdad y belleza turbadora.


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