Un andar solitario entre la gente, Antonio Muñoz Molina
Un andar solitario entre la gente
Antonio Muñoz Molina
Seix Barral. Barcelona, 2018. 496 pp
Antonio Muñoz Molina
Seix Barral. Barcelona, 2018. 496 pp
Una antinovela de Antonio Muñoz Molina que intenta reflejar la caótica y
vertiginosa sociedad actual en forma de collage, recortando y pegando cosas.
Un paseante solitario que quiere transcribir todo lo que ve y oye, a modo de
los grandes paseantes de la literatura universal.
AnaAlejandre
En su última novela, Antonio Muñoz Molina, hace un ejercicio de indagación
retrospectiva, en el que incardina el contraste entre el narrador solitario y
el mundo urbano, ruidoso y caótico en el que vive y al que observa, define, e
intenta comprender y aprehender en todo su significado, sin encontrar más
límites que la fugacidad de los textos que forman una especie de collage,
recortando y pegando cosas, textos fragmentarios que conforman esta especie de
antinovela sin argumento, ni diálogos, hecha de retazos, cuyas diferentes
secciones, a modo de parágrafos, comienzan con frases que están inspirados en
la propia inmediatez reflejada en los medios.
En ocasiones, aparecen fragmentos del collage que Muñoz Molina
fue elaborando mientras duró la creación de esta obra, como generosa exposición
de todos los detalles, momentos y materiales que ha utilizado para conformar la
voz narrativa de esta novela , en la que se advierte con nitidez resonancias de
lo que la tradición modernista anglosajona define como modo epigonal, en la
importancia que da al uso del propio collage que conforma el
libro y en la urgencia que de esta forma fragmentaria deviene.
El narrador es un paseante que camina por ciudades como Madrid, Nueva York,
París o Lisboa y escribe siempre a lápiz. En ese escenario urbano va
transcribiendo conversaciones callejeras, recrea y fantasea con nombres de
escritores y pasajes literarios sobre la idea de ciudad; o bien, fabula
encuentros con un personaje imaginario que le estimula a imaginar el mejor
poema posible que simbolizara el presente, al que define como una mera suma de
detritos.
Un andar solitario entre la gente es la historia de un caminante
que escribe siempre a lápiz, recortando y pegando cosas, recogiendo papeles en
su andar callejero, siguiendo el camino iniciado por los escritores que
practicaron el arte del collage, la basura y el reciclaje —como
Diane Arbus o Dubuffet—, y, también, la de los más insignes caminantes urbanos
de la literatura: de Quincey, Baudelaire, Poe, Joyce, Walter Benjamin,
Melville, Lorca o Whitman.
De forma similar a la de Poeta en Nueva York, de García Lorca, la
narración de esta novela aúna la aceptación de lo bueno de la sociedad y la
crítica del papel preponderante del capitalismo que lo fagocita todo y lo
convierte en mercancía y basura inmediata; mientras alaba la belleza que ofrece
el paisaje urbano en sus múltiples facetas, sin olvidar la visión ecológica que
representa el continuo reciclaje de los desechos en materia que genera nuevos
bienes y también propicia el arte fugaz que nos invade.
Sin embargo, esta obra, a pesar de sus múltiples destellos de belleza que nos
ofrece, muestra que el narrador en ella va agotándose en su intento de ofrecer
una visión del mundo que le ha tocado vivir sin llegar a conseguirlo del todo.
La excelente prosa de Muñoz Molina necesita ese tiempo narrativo más lento y
pausado, como sucede con el buen vino que no se puede beber de un trago
apresurado, sino sorbo a sorbo, Su escritura refleja el deseo de ver y oírlo
todo, en ese remolino contínuo de estímulos de la sociedad moderna, en un
intento de comprensión total de un mundo demasiado rápido y fugaz. Pero, aunque
su mirada y oído procesan rápido las imágenes y sonidos de la ciudad, su prosa
avanza más pausadamente que cambia esa alocada colmena humana en la que se
encuentra en cada momento, porque las palabras tienen un ritmo menos
vertiginoso que el de las imágenes, sonidos, luces y demás estímulos
sensoriales. Por ello, cuando intenta escribir sobre aquellos, a pesar de que
lo haga brevemente, en frases cortas y medidas, ya han irrumpido otros muchos
que sustituyen a los primeros.
La fragmentación del collage y la inmediatez que ello
representa con la que intenta plasmar la fugacidad del mundo actual, sumido en
la vorágine de los medios audiovisuales y la velocidad creciente, no es
suficiente para aprehender, en esta multiplicidad de miradas fragmentarias, la
complejidad del mundo en el que vivimos, en el que el tiempo ya es un caballo
desbocado y azuzado por la catarata de información, de datos, de noticias, de
novedades, de señuelos consumistas que convierten el día a día del ciudadano en
un carrusel, en una montaña rusa en la que la velocidad va en aumento. Es esa
carrera desenfrenada en forma de estímulos, la que va creando, sosteniendo y
aumentando constantemente la tensión, la expectación y el temor, unidos al
deseo de disfrute de ese ciudadano, los que se convierten en el combustible que
mueve el gigante caleidoscopio que gira y gira sin descanso para ofrecer cada
vez más imágenes coloristas, más sonidos estridentes, más ofertas que estimulan
los deseos del consumidor, del ciudadano, atrapado entre su insatisfacción
creciente de no poder conseguir tantos anhelos nacidos de la continua oferta, y
la necesidad imperiosa de gratificación, de goce de esos bienes ofertados en un
continuo bombardeo publicitario.
Esta obra, pues, va sumando página a página, la colección de experiencias
callejeras, reclamos, anuncios, y voces anónimas que van contando
fragmentariamente esbozos de vidas ajenas, aumentando así el catálogo de
experiencias del caminante solitario, pero sin que se haga preguntas del porqué
de las cosas, y del motivo de esta vida acelerada, del vértigo de la sociedad
moderna y del derrotero que tomará y hasta dónde nos llevará este loco vivir,
inmersos en un mundo que, en vez de apretar el freno cuesta abajo, va pisando a
fondo el acelerador que nos puede llevar a todos al abismo.
Una obra, pues que ofrece la mejor prosa de Muñoz Molina, pero puesta al
servicio de una panorámica del mundo actual que excede en velocidad, inmediatez
y caos a la depurada y excelente escritura de un autor que está llamado a más
altos y sosegados proyectos literarios.
Un andar solitario entre la gente, Antonio Muñoz Molina, Seix Barral. Barcelona, 2018. 496 pp