Los desayunos del Café Borenes, Luís Mateo Díez
Luís Mateo Díez,
Galaxia Gütemberg,
septiembre 2015
Ana Alejandre
Luís Mateo Díez en esta nueva
obra reúne dos textos que son complementarios. El primero que lleva el mismo
título, narra los diversos encuentros de un novelista con sus amigos que
asisten a los desayunos en el café de una ciudad literaria de las que pueblan
su obra y que el escritor califica como “ciudades de sombra”, quienes conversan
y reflexionan en dichos desayunos sobre la realidad y la ficción y el papel que
juega en sus vidas esta última.
El
protagonista de esta parte primera, Lezama Vela, que no es otro que el trasunto
o alter ego del propio mateo Díez, en estas distendidas y, a veces, acaloradas
conversaciones con sus amigos, hace toda una declaración de principios cuando
dice que el mayor y más firme compromiso del arte es con la vida, la que
siempre es una gran deudora de aquel, y la ficción que forma parte del arte, es
la siempre insoslayable y salvadora plasmación de aquel en forma de obra
literaria, porque su esencia es la imaginación, la fantasía y la capacidad
creadora del hombre que sin ellas estaría desnudo de toda esperanza, atrapado
en la ramplona, muchas veces sórdida y triste realidad en la que habitamos.
El segundo texto llamado Un callejón de gente desconocida es más personal, en cuanto que exhibe su pensamiento literario y contiene su propio ideario poético sobre lo que es y para qué debe servir la literatura como medio de expresión y de visión del mundo y la realidad que la inspira. Esta segunda parte está inspirada en una afirmación de Irene Nemirovsky -escritora de origen ucraniano, nacionalizada francesa y que escribía en francés, que murió en el campo de exterminio de Auschwitz, a consecuencia del tifus, en 1942-, quien decía que toda gran novela es un callejón llena de gente desconocida, lo que sugiere el título de esta segunda parte.
El segundo texto llamado Un callejón de gente desconocida es más personal, en cuanto que exhibe su pensamiento literario y contiene su propio ideario poético sobre lo que es y para qué debe servir la literatura como medio de expresión y de visión del mundo y la realidad que la inspira. Esta segunda parte está inspirada en una afirmación de Irene Nemirovsky -escritora de origen ucraniano, nacionalizada francesa y que escribía en francés, que murió en el campo de exterminio de Auschwitz, a consecuencia del tifus, en 1942-, quien decía que toda gran novela es un callejón llena de gente desconocida, lo que sugiere el título de esta segunda parte.
El
simple hecho de que esta obra esté compuesta de dos partes o mitades, no se
debe entender como si ambas se opusieran
entre sí en una confrontación dialéctica entre las opiniones vertidas en la
primera parte, de todos y cada uno de los asistentes a los desayunos, y las
opiniones personales del autor, aunque esta diversidad de opiniones sirve
también al lector para contrastar las diferentes ideas que sobre la literatura
y el papel que desempeña en la vida de cada uno tiene, en cuanto a ser la
proyección de la ficción, la fantasía y la imaginación, para crear otras
realidades literarias que son imprescindibles para poder entender la verdadera
y compleja realidad en la que vivimos.
Todas
esas opiniones, tanto en lo que coinciden como en lo que difieren, van definiendo
y perfilando como un fiel reflejo a la sociedad confusa y degradada en la que
vivimos, en la que la verdadera y gran literatura va perdiendo terreno, lo que
demuestra la variedad de supuestos productos literarios en forma de libros, en
papel o electrónicos, que llenan el mercado y que no son más que el resultado
de la improvisación, la falta de exigencia de una mínima calidad y de profesionalidad
de sus autores, porque parecen estar escritos por quienes carecen del talento y oficio del auténtico escritor y son
producto de la mercadotecnia, de la exigencia de novedades en las librerías, y
de la banalidad que parece demandar un tipo mayoritario de supuestos lectores que no buscan calidad
literaria, sino libros para leer y olvidar fácilmente, porque no exigen
nada más al lector que pagar su precio y ofrecen a cambio sólo
una fácil manera de matar el tiempo o el aburrimiento.
Mateo
Díez no intenta enfrentar los dos textos a modo de pugilato literario en la que predomine una
sobre otras, aunque sí consigue que el lector pueda apreciar, sopesar y juzgar
toda la variedad de ideas que, sobre la
ficción literaria y el oficio de escritor, tienen todos los personajes que la
pueblan. Él mismo declara que, como escritor, se define como un creador de
personajes y la trama es para él la tramoya –o perchero-, que sustenta y rodea
a estos para que puedan así mostrar, a través de sus diálogos, actos y
pensamientos, la verdad sobre ellos mismos, que es, en definitiva, la verdad
sobre la naturaleza humana encarnada en las múltiples variedades que ofrece el
amplio abanico de temperamentos e idiosincrasias. Es esta supremacía de los
personajes sobre la trama la que demuestra fielmente esta obra, pues los
verdaderos protagonistas son los diferentes y variados personajes que, a través
de sus diálogos, van poniendo de manifiesto lo que para ellos es la función de
la literatura y el papel que representa en sus vidas y, por ende, también para
la variedad de lectores que existen.
Una
de las notas más destacadas de Luís Mateo Diez en toda su obra es la excelente
prosa, clara diáfana como el más puro cristal, dotada de un ritmo que le da
cadencia y sonoridad a toda la narración que se convierte casi en un concierto
coral en el que todos los personajes hablan y se expresan con libertad, pero
sin perder en todo momento un tono que varía, según el hablante, entre el humor
y la nostalgia de un tiempo ya perdido, el humor y la ironía desencantada, o la lucidez y el pesimismo ante el futuro de
un mundo en el que el amor a la buena literatura se vaya apagando, sustituyendo
torpemente por otras manifestaciones
pseudo culturales ramplonas, banales y
adocenadas para intentar llenar el gran
vacío que deje aquélla.
Los desayunos del Café Borenes es una obra
muy interesante que ofrece el propio ideario literario de un autor que es un
claro exponente de la buena literatura española actual del siglo XX.